HOMENAJE A UNA TRAYECTORIA Y GRAN PERSONA
Lunes, Junio 6, 2022
Jorge Enrique Bravo fue Ingeniero Civil graduado de nuestra alma Mater en 1947. Conoce su trayectoria profesional.

Jorge Enrique Bravo fue Ingeniero Civil graduado de nuestra alma Mater en 1947. A sus cien años de nacimiento, su familia rinde homenaje a su esposo, padre y abuelo, por su extraordinario ser y exitosa trayectoria profesional. A continuación, una historia por su recorrido familiar, personal y profesional.

SU FAMILIA EN CALI

Nació en 1922 en la ciudad de Cali. Estudió en la Institución Educativa Santa Librada, donde se graduó junto a otros ochos bachilleres. Creció y vivió una agradable niñez en el Barrio San Nicolás junto a su familia caleña. Sus padres Cruz Bravo Arce y Cristina Rengifo tuvieron seis hijos, donde Jorge Enrique Bravo era el menor de todos. Desde su época de juventud en el bachillerato demostró su pasión por la lectura, tanto así que sus últimos veinte años de vida los pasó leyendo. Le encantaban las novelas y la poesía.

“Una de las grandes cualidades de mi papá, es que él fue muy organizado, disciplinado, demasiado programado. Gracias a esas características de su personalidad, su hogar y su estudio, tuvo una vida muy plena y buena. Creo que esa es una de las cosas buenas que hay que contar de mi papá” agrega Carmiña, hija de Jorge Enrique Bravo.

UNIVERSIDAD

Ingresó a la Universidad del Cauca al Programa de Ingeniería Civil y se graduó en 1947. Su familia cuenta que el Ingeniero Bravo, siempre recordaba a la ciudad de Popayán y a la Universidad como un ambiente muy bonito y elegante. En su pregrado, él vivió en una casa de estudiantes, donde alquiló un cuarto, al igual que muchos otros. También su familia menciona que él recordaba frecuentemente las fiestas universitarias y los reinados que en ellas se realizaban, de tal forma que su tercera hija – Carmiña – lleva el nombre de una reina de los estudiantes de aquella época. Sus hijas Cristina y Carmiña, relatan que su padre tuvo un amigo y compañero de universidad que se llamó Ramón Rojas, un ingeniero que se fue muy joven a vivir a Suiza; pero a pesar de ello, toda la vida ellos dos se cruzaron cartas, por alrededor de cincuenta años. Ramón Rojas si era de Popayán, fue él quien acogió a Jorge Enrique Bravo como si fuera un amigo de toda la vida.

Durante su pasó por la institución estuvo vinculado en el Área de Meteorología de la Universidad del Cauca. Desde 1944 fue estudiante en práctica en el trazado de vías en el Departamento del Cauca, en la Tropical Oil Company, hasta 1947, cuando se graduó.

SU ESPOSA E HIJOS.

Graciela Latorre de Bravo, esposa del Ingeniero Jorge Enrique Bravo, se desempeñaba como secretaria bilingüe en la empresa interventora de la construcción del Ferrocarril del Atlántico, ubicada en Bogotá. Ellos se conocieron cuando él rendía informes de la construcción del ferrocarril a sus jefes en la capital, dado que Jorge Enrique dirigía el tramo del ferrocarril, desde la Dorada hasta Santa Marta. “El ingeniero Bravo, al igual que todos los ingenieros colombianos era muy bueno, fue él quien abrió todos los frentes de trabajo” comienza recordando doña Graciela, agregando: “el rendía informes a mi jefe en Bogotá, donde yo era la secretaria del jefe máximo, un gringo. Sabía que él era muy importante. Me gustaba oír la voz del ingeniero Bravo a través de la estación de radio que estaba al lado de mi oficina, cada vez que él rendía algún informe. Me gustaba esa voz. Eso era como en 1956, cuando mi jefe máximo, gringo, me llamó y me lo presentó -cuando tengas que ver con una cuenta o con planos, háblate con Graciela que ella es mi secretaria y puede enviarte las cosas- le decía mi jefe al Ingeniero” explica doña Graciela Latorre, sobre cómo se conoció con el Ingeniero.

Él se casó con doña Graciela cuando tenía 40 años y ella 32, en la ciudad de Nueva York. Para la época no era usual casarse en el exterior. “Para cuando se comprometieron llevaban dos años de novios y cinco de conocerse. Esto lo hicieron con cruces de cartas y telegramas, Jorge desde el frente de trabajo en la vía férrea en construcción y Graciela desde Bogotá. Ella conserva sus cartas en un álbum.  El no guardó las de ella. Tuvieron dos hijos hombres y dos mujeres, intercalados, muy programados. Esa fue la familia que conformaron” relata su hija Carmina.

Después de asistir a una conferencia sobre carreteras en Madrid en 1962, el Ingeniero Bravo le preguntó a doña Graciela que si era capaz de encontrarse con él en Nueva York y casarse allá. Ella recuerda que contestó a la propuesta con un “si soy capaz”, destacando como él ya tenía todo organizado y planeado, como si trata de un proyecto, evidenciando así la seguridad que tenía de sí mismo.

Juntos formaron y consolidaron una formidable familia en Bogotá. Tuvieron cuatro hijos: Cristina Bravo Latorre (hija Mayor), Fernando Jorge Bravo Latorre (Hijo segundo e ingeniero civil de la Escuela Colombiana de Ingeniería, fallecido en 2018), Carmiña Bravo Latorre (hija tercera) y Juan Carlos Bravo Latorre (hijo menor).

TRAYECTORIA

La trayectoria profesional del Ingeniero Jorge Enrique Bravo se enfocó principalmente en los Ferrocarriles Nacionales de Colombia. Después de trabajar en la construcción del Ferrocarril del Atlántico, el ministro de Obras Públicas Virgilio Barco, lo llevó a Buenaventura para trabajar como el Gerente del Terminal Marítimo de Buenaventura, vinculado a Puertos de Colombia, del Ministerio de Obras Públicas. En 1962, se acaba Puertos de Colombia, por lo que el ingeniero se trasladó a trabajar a la Secretaría de Obras Públicas del Departamento del Valle.

De regreso a los Ferrocarriles Nacionales de Colombia en 1964 tuvo varios cargos, fue director de Rehabilitación y Mantenimiento de Vías, miembro del Comité de Asesorías Técnicas de la gerencia general y estuvo encargado de coordinar el Plan Tolima – Huila, entre muchos otros. En su hoja de vida se pueden leer muchos cargos en su trayectoria, siempre ocupando cargos de gerencia media y alta. El último puesto que desempeñó fue Gerente Comercial de los Ferrocarriles Nacionales en 1978, año en el que recibe su pensión. Sin embargo, después de ello continuó trabajando como asesor en proyectos con empresas españolas, francesas y colombianas, incluyendo empresas de ingeniería privada, hasta 1995 cuando hace su retiro de la labor profesional.

En su recorrido laboral obtuvo varios reconocimientos, entre ellos el adjudicado por la Junta Directiva de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, por su importante constancia al desarrollo de los ferrocarriles en Colombia, el premio Rafael Álvarez Salas, en el año 2012. Otro importante reconocimiento recibido por el ingeniero Bravo, fue el otorgado por el Ministerio de Transporte en el 2003, que le concedió la condecoración en el Grado de Cruz de Caballero de la “Orden al Mérito Julio Garavito” destacando su carrera y aporte a la Ingeniería colombiana.

HOMENAJE FAMILIAR

Gracias a su buena persona y trayectoria exitosa como profesional egresado de la Universidad del Cauca, su familia rinde homenaje póstumo al cumplirse cien años de su nacimiento. Su familia, esposa, hijos y nietos quieren conocer la Universidad del Cauca y recorrer los lugares en donde estuvo su padre hace 75 años, como un acto de homenaje. “Él nunca nos ha dejado, siempre ha estado con nosotros. Él se fue a los 93 años, estaba cansado, porque no se fue enfermo, estaba cansado por la vejez. Él siempre ha estado con nosotros. Mi mamá, quien fue su gran amor, lo tiene siempre presente en todas las paredes de la casa en donde vive, siempre están los cuadros, las enseñanzas. Él, en su lecho de muerte, murió organizadamente. Dijo: -me voy a morir- y se murió, estas son las instrucciones, síganse reuniendo, queriendo, ayúdense entre ustedes, todas esas enseñanzas” recuerda Cristina sobre como su padre, el sigue presente en sus vidas y en la de muchos otros, ya que él también fue un ejemplo para muchas generaciones de ingenieros en los Ferrocarriles Nacionales de Colombia; pero sobre todo dejando entre ver que la motivación de realizar este homenaje es el cariño, admiración y agradecimiento que siempre le han tenido a su padre.

Esta nota fue publicada en la Octava edición de la Edición de la Revista Digital de Egresados Unicauca. Para consultarla puedes ingresar a: https://bit.ly/RevistaEgresados8

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